jueves, julio 05, 2012
ATARDECER EN LOS ACANTILADOS
Cerré los ojos para escuchar tus sonidos,
mi cabeza olvidó la realidad,
el sol del atardecer bañaba mis sienes,
un pájaro trinaba al dorado horizonte,
el mar, allá abajo, brotaba contra las rocas
sus escarpadas puntillas de espuma,
y quedé suspendida hasta ordenar el silencio.
¡Oh, tú! blanca, redonda, luminosa asomaste
y me dejé ir a través de los sueños,
mientras tú, mar, plateabas tranquilo.
Casi apareció la noche cubriendo
con manto húmedo el malva y rojo
abrigo que acarició mi espalda;
apagué el verde, el cielo y el mar,
sin certezas abrí los ojos,
y regresé del aura órfica de mi infancia.
Escuché de nuevo el silencio,
pensé que era la hora de volver a casa.
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12 comentarios:
Que hermoso es el mar desde Candás, pugnando con la belleza de estos versos monumentales.
Un besazo
¡Que preciosidad de Poesía! Recorriendo esos sentimientos a través de esos paisajes de Luna blanca y olas plateadas.
Un abrazo.
Aura órfica...
No valgo nada...
Bellas letras, bello acantilado.
Besos.
¡Felicidades por tan bello poema!
Abrazos
Belleza más allá de las palabras.
SEnsaciones reunidas en un atardecer, donde espacio y tiempo se disuelven...UN abrazo. Carlos
es precioso. esos recuerdos de la infancia, con la frescura del mar y la belleza que nos traen los atardeceres... un beso y que tengas un buen fin de semana.
Precioso!
Saludos,
Es Moniello,al lado de Luanco. Lo conoces?
Acumulo preciosos atardeceres.
Un beso.
La luna siempre ha sido muy buena companera... para mi.
Un beso.
Gracias amigo por leer.
Un beso.
Que atardecer más inspirado tuviste.
Besos.
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