Empezó 2008
Empezó enero y se fueron cayendo uno a uno todos los sueños navideños. Ya pasó el turrón de vuelve a casa, el gordo que salpica a muy poquitos pero que ilumina deseos muy perecederos, la nochevieja y sus colores de neón, risas, ritos de felicitación y cantos renovados de promesas de año nuevo. No preocuparse pues están las rebajas para continuar con el engaño consumista de la ridícula felicidad de comprar unos calcetines que no recesito por un euro menos de lo que los compraré mañana.
Menos mal que, además de todo esto, conservamos los valores verdaderos a buen recaudo que permanecen intactos después de tanto ajetreo festivo.
Menos mal que, además de todo esto, conservamos los valores verdaderos a buen recaudo que permanecen intactos después de tanto ajetreo festivo.
Sigamos caminando y creciendo en la cotidianeidad diaria de la vida.
Sobre la fotografía creo que no diré nada. Seguro que ya habéis adivinado.