viernes, marzo 30, 2007



INVENTARIO DE TEMORES

Miedo a un lunes que no pueda levantarme.
Miedo a sentirme ignorado emigrante en mi propio país.
Miedo a que una ola me tumbe, me haga tragar la arena que le sobra.
Miedo a no vibrar con la luna cada noche, cada llena, cada abril.
Miedo a vivir divergente con mis hijas.
Miedo a las miradas certeras sobre aquel michelín que tiene vida propia y se
desploma.
Miedo a que mis pies no taconeen las plazas desiertas en la noche.

Miedo a aquel día vacío que conozco en mi almacén de las palabras,
a no saber sobreponerme, a sentirme ahogada por las críticas.
Miedo a caerme patinando entre nuevas palabras aliñadas.

Miedo a no tener sueños en mi almohada.
Miedo por no emocionarme con sus besos, no viajar las humedades de su alma,
no cubrir de caricias este cielo,
no tener su mano en aquel atardecer.
Miedo a no encontrar a quien me espera, a perderme entre nieblas esperando.

Miedo a no sembrar nuevos bulbos de dulzura, no construir nuevas paredes
que me abriguen, a no encontrar la arcilla que me arrope,
no tener lágrimas que compartir en los inviernos.
Miedo a no encontrar a quien regalar lo que recibo.

Miedo a que no me hablen los árboles, ni aquel gorrión en mi terraza.
Miedo a no leer todo aquello que quisiera comenzar, no encontrar la ilusión en la vuelta de la esquina, de la noche.
Miedo a no cegarme con la luz que derrocha la mañana.
Miedo a que la ilusión no me bañe cada día, no me emborrone el sentimiento.

Miedo a no pasear con Smetana el Moldava, a no sentir el jazz en su regazo.
Miedo a que Bach no me susurre su bajo continuo en la noche.

Miedo a no encontrar los eternos amarillos del invierno, y las nubes de algodón que sobrevuelo.
Miedo a la pereza
y a que tú, luz,
no vengas algún día.
La imagen corresponde aun magnífico anochecer, nada temeroso, en Nador, Marruecos.

domingo, marzo 25, 2007







TINTORETTO, HOY EN MADRID.
24 de marzo de 2007. Museo del Prado.

Asciendo lentamente una cola en escalera, hace frío a la sombra de Madrid, aunque son las dos y media de la tarde. En lo alto un fino arco de luna compite con el astro rey, el sol. El repiqueteo constante de los coches y sirenas me impiden concentrarme, me preparo para el goce interior.

¿Qué sé yo de Tintoretto? Leo que se llamaba Jacopo Comin, alias Robusti, alias Tintoretto, y que vivió entre 1518 y 1594. Sé que pintó muchos y grandes cuadros para las Iglesias de Venecia, para la escuela de San Rocco, para el Palacio Ducal. Este maestro veneciano, es para mí un maestro de las perspectivas, del color, un maestro de los paisajes humanos e interiores, de los escorzos, de las atrevidos desnudos femeninos. Entretenida en estos pensamientos se me acortaron los veinte minutos de espera, prólogo de dos horas de goce del detalle de sus cuadros pacientemente accesibles a la lenta mirada. Nos saluda y nos despide el Tintoretto de dos autorretratos, juventud y madurez y, en ellos, en su mirada, queda recogido todo un tratado de vida humana.

Encuentro potente y dominando la sala el cuadro de El lavatorio de pies, pero esta vez enfrentado a la Última cena, tal como Tintoretto los concibió juntos para la Iglesia del Santísimo Sacramente de San Marcuola, que aloja este último cuadro.

Toda la exposición supone un deleite de belleza, fuerza y color, un regalo para nuestra mente. las explicaciones en texto, así como el audiovisual, colocan al visitante en el contexto adecuado a cada cuadro. Yo disfruté especialmente con tres cuadros:

La Última cena que pintó para la iglesia de San Trovaso, (1563), porque es un cuadro en el que la humildad y la pobreza de la escena cautivan la mirada del que observa. La mesa desplazada en diagonal al plano principal, el dinamismo de las posturas de los apóstoles, los claroscuros, los detalles de las sillas de enea, todo el conjunto hace que te creas lo que allí sucede, que te encuentres metido en la habitación, que pases de mero espectador a observador activo.

Susana y los viejos, (1555-1556), es cuadro que conocía, que se encuentra en el Museo Histórico de Viena, peroque se ha restaurado recientemente y ha conseguido revivir un cuerpo de mujer que destaca como poderosamente bien tratado, adimirándolo casi creo sentir su piel viva, en el ambiente de un jardín, mientras los viejos asoman en una esquina inferior del cuadro.

Su último Autorretrato, (1588), en el que el rostro austero, lleno de sabiduría deja ver arrugas en la frente y una mente viva, en ebullición constante.

Ánimo, a por ella, deseo que disfrutéis esta exposición. Merece muy buena nota.


Por cierto, ya sabéis que las fotos que cuelgo en el blog son siempre mías, pero éstas no estan tomadas de la realidad sino del catálogo. Era imposible hacer fotos, aún sin flasch, en la exposición. Perdón por la calidad.

miércoles, marzo 21, 2007


EL DÍA DE AYER

El día de ayer fue un día especial, aunque tal vez como todos. Pero no puedo olvidar que ayer era el Día Internacional del agua y nuestros ríos se secan, que la primavera estaba a punto de empezar y los grandes temporales de nieve y granizo le dan con la puerta en las narices, pero sobretodo no puedo olvidar que ayer hizo cuatro años que se inició una guerra.
Y me apetece gritar ¡basta ya!. Allá parar la guerra ¡ya! y aquí un respeto a nuestras instituciones democráticas, dejad de jugar con mi voto ¡ya!. ¡Basta ya! de este circo mediático, que llama rancia a una guerra viva en la que mueren todos los días muchas personas, una guerra que se inició hace cuatro años y que ha llevado a un país a casi una guerra civil.

Aquí y allá, respeto, paz y libertad.

sábado, marzo 17, 2007


Con todo lo que cae últimamente, con las barbaridades que escucho, que los medios de comunicación, muchas veces partidistas, me sirven en bandeja cada día, después de cuatro años en los que todos los días nos sangra el corazón con nuevas muertes en Irak, prefiero leer poesía y recogerme.
Leyendo a José Hierro y su poema Momento eterno, del libro Alegría (1947) nació éste...



MOMENTO ETERNO

Sé que el instante que ahora vivo
se hace eterno en el recuerdo,
en la sonrisa que aún te alberga.

Ahora sé, que este vacío
que siento sin tu impulso
es el reflejo de tu luz
que ya he vivido.

Sé que nadie, sólo yo,
volverá a abrir ese reflejo,
reproducir en la memoria
aquel instante eterno.

Seguiremos caminando
instantes eternos.
¡Ay quien no los viva,
quien no pueda llenarse
de singulares momentos!.

Ahora sé que cuando
no esté, no sea nadie,
quedará toda mi vida
en todos ellos.

El domingo mi paraíso natural, Asturias, lucía este paisaje.

martes, marzo 06, 2007



SOBREVUELAN MARIPOSAS ROJAS
La prevención, la educación, el aislamiento social del maltratador no parece que mitiguen esta enorme lacra social. Un lunes de hace algunas semanas fue un día negro para la violencia de género, cuatro mujeres muertas o heridas muy graves a manos de sus compañeros o excompañeros sentimentales. ¿Cuantas mujeres más estarán aguantando situaciones de violencia en silencio? A ellas va destinado este poema, para que la luz y la libertad entre en sus vidas.



Una mariposa roja sobrevoló la noche
y las rosas abiertas de tus pechos
quedaron al desnudo en la acera.
El borde del acero recorrió
tu cuello transparente
y te abriste.
La tarde, y toda la vida,
fue un bajo continuo de violencia.
Habías muerto en febrero, el veintisiete,
con veintisiete años casi no vividos.
Una fría y cínica sonrisa
te cubrió como un último abrigo.
Tus ojos, en el suelo aún, no sabían
como cortar el cordón umbilical
con tu asesino.
Una brisa en tu melena cerró la noche.
Paseando por una ciudad meditrerránea me encontré con el frío edificio de acero y su imagen dividiendo una farola en dos, mientras la luna, casi llena, observaba la escena desde el cielo.