CUANDO LA VIDA ES DESAMPARO Y TÚ VIAJAS POR LAS NUBES
Sí, hoy es uno de esos días de mañanas que no nacen, de madrugadas que se eternizan en mis manos, esos días que tu piel no me pasea y el sol amanece mucho más despacio porque la niebla todo lo rodea y no me deja ver si existirá una luz al final de cada día; sí, esos días como sombras que deslizan por el Nilo falúas cargadas de plomo y en los que el dorado desierto es más yermo porque lo han abandonado los reptiles.
Sí, esos días como anclas que me impiden respirar, esos días que no tengo más remedio que auparme en la luna que no sale y en la espuma de los besos que no existen y sembrar de margaritas todo el suelo y agarrarme con mis manos a tu pelo para volar cometas por el cielo y sonrisas en la calle.
Sí, hoy es uno de esos días que la vida es desamparo y tú andas por las nubes como si fueras el vacío de mis ojos.
Los Picos de Europa desde el bosque de Peloño, en Ponga, son un buen refugio para estos días.