jueves, julio 05, 2012








ATARDECER EN LOS ACANTILADOS




Cerré los ojos para escuchar tus sonidos,
mi cabeza olvidó la realidad,
el sol del atardecer bañaba mis sienes,
un pájaro trinaba al dorado horizonte,
el mar, allá abajo, brotaba contra las rocas
sus escarpadas puntillas de espuma,
y quedé suspendida hasta ordenar el silencio.
¡Oh, tú! blanca, redonda, luminosa asomaste
y me dejé ir a través de los sueños,
mientras tú, mar, plateabas tranquilo.
Casi apareció la noche cubriendo
con manto húmedo el malva y rojo
abrigo que acarició mi espalda;
apagué el verde, el cielo y el mar,
sin certezas abrí los ojos,
y regresé del aura órfica de mi infancia.

Escuché de nuevo el silencio,
pensé que era la hora de volver a casa.

12 comentarios:

Samuel Rego dijo...

Que hermoso es el mar desde Candás, pugnando con la belleza de estos versos monumentales.

Un besazo

Anónimo dijo...

¡Que preciosidad de Poesía! Recorriendo esos sentimientos a través de esos paisajes de Luna blanca y olas plateadas.
Un abrazo.

Sarco Lange dijo...

Aura órfica...

No valgo nada...


Bellas letras, bello acantilado.

Besos.

Francisco Espada dijo...

¡Felicidades por tan bello poema!
Abrazos

Aurora García Rivas dijo...

Belleza más allá de las palabras.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

SEnsaciones reunidas en un atardecer, donde espacio y tiempo se disuelven...UN abrazo. Carlos

antonioe dijo...

es precioso. esos recuerdos de la infancia, con la frescura del mar y la belleza que nos traen los atardeceres... un beso y que tengas un buen fin de semana.

alkerme dijo...

Precioso!

Saludos,

gaia56 dijo...

Es Moniello,al lado de Luanco. Lo conoces?
Acumulo preciosos atardeceres.
Un beso.

gaia56 dijo...

La luna siempre ha sido muy buena companera... para mi.
Un beso.

gaia56 dijo...

Gracias amigo por leer.
Un beso.

TORO SALVAJE dijo...

Que atardecer más inspirado tuviste.

Besos.