martes, mayo 29, 2007



Lisboa 12. UN CHÁ EN CHAO DE LOUREIRO

Descansaba en la terraza de Chao de Loureiro, sonó el móvil. La Sé a mi izquierda con aquella palmera que siempre la acompaña, el Carmo enfrente, sin techo y sin corona, y tu voz que sonó ajena, independiente, no me cuentas y me llamas. Eran las tres de la tarde, el chá verde estaba delicioso, la música y el sol calentaban mi cuerpo, el aire acariciaba fresco. A lo lejos mi mirada se centraba en estelas blancas que dejaban los barcos sobre el Tejo, inevitable Tejo que siempre me susurra lo que tú no quieres decirme. Chao fue tu escueta despedida, la silueta de la Ponte 25 de abril también me despedía cuando abandoné la terraza para perderme por las escaldhinas de San Antonio y te besé en la distancia.
Alfama tiene varios miradores y terrazas desde los que destacan rojos tejados y torres. En este caso, las torres de la Sé.

lunes, mayo 21, 2007


VIAJARÉ

Viajaré al África de rotundos amaneceres,
de hambre en los niños de ojos abiertos,
de las bocas vacías por el llanto agotado.

Viajaré al África que entona cantos al atardecer,
donde los mansos leones rivalizan con rapiñas mayores
y el dolor llora por vientres hinchados de aire de hambre.

Viajaré al África de la pobreza hundida en la mies
que recoge el vacío que siembran los ricos del norte.

Viajaré al África de la espalda abierta
que nada y se hunde,
de la espalda vuelta atrás que pierde
y deambula a la deriva.

Viajaré al África de riquezas en bolsa de pocos.
Viajaré al verde vergel de ramas, sabanas,
de jirafas que bailan el cielo,
elefantes y hienas, algunas humanas.

Viajaré al África de la música caliente
y deseos fluyendo en la piel,
de la ruina y penuria redimidas
que dignas se asoman al escaparate
y se sienten belleza excluida del rico pastel.

Viajaré al África de mis sueños,
de cantos de mujeres y niños al atardecer,
del cielo rojo, de escuelas y calles y casas,
del verde vergel, de ramas,
sabanas y caminos con sed.



Porque nadie habla ya de África es necesario recordarla. La fotografía pertenece al norte de Marruecos en la antigua zona del protectorado español.

domingo, mayo 13, 2007


CAFÉ ORIENTAL

Tomaba un té marroquí al atardecer, el ajetreo alrededor y el sabor dulzón a menta eran intensos. Unos ojos me miraban profundos y su sonrisa… ¡qué deciros de su sonrisa!
Intentaba conectar la PDA para leer mi correo, era una manera de no afrontar la despedida.
Paseo el damasquino en el techo, las vidrieras de colores en las ventanas y tu mirada temblorosa.
Todo se acaba en esta vida y una semana de vacaciones no dan para más, ni para menos, que cruces de piel, aromas y sabores y la intensa pasión de tu mirada.
La fotografía corresponde a un café en la costa mediterránea de Marruecos, cerca de Nador.

sábado, mayo 05, 2007


A veces, pequeños cristales rotos de realidad, son las cosas importantes que protegemos en las almonedas del alma.


MI CAJA DE CORALES

Guardo en mi caja de corales más preciados
impaciencias e ilusiones,
un cabás que huele a nuevo,
chapuzones en el mar y aquel caldero amarillo con dibujos,
el rubor con tu mirada,
el camino descalzo en mis pies
y el primer suspiro que robaste aquella noche,
las mimosas del vestido que compré con aquel sueldo,
mis primeros zapatos de tacón,
el fin del mundo en forma de rojo atardecer,
la tarde de reposo en el sofá
y el libro, y el pilot,
la página desnuda que me llama,
el zoco que se abre al té con menta,
y un río y un navío
y las islas de agua y los mares de arena,
la magia de los proyectos que se hacen realidad,
las miradas que superan tantos miedos,
un nuevo amanecer.

Guardo en mi caja de corales más preciados
aquella ruta que aún no hice,
montañas que seguro subiré,
nubes que no sobrevolé,
poemas que aún no escribí,
este poema que aún no sé si acabé.
Cuando viajéis a Gijón no os olvidéis pasear al atardecer por el parque del cabo San Lorenzo.