DOS PETISCOS EN CAIS DO SODRÉ. Lisboa 2011
Me llenó de alegría la declaración del
FADO como Patrimonio inmaterial de la Humanidad y le debía un post. Ayer fui de fados, en Cais do Sodré, y gocé de la saudade, de la tristura del canto, en
POVO, en la
Rua Nova do Carvalho con un rosa asfalto en su calle que no cabe duda le da otro ambiente al barrio; bienvenido sea el cambio que se está a este zona de Lisboa. En
POVO, local hasta ahora desconocido para mi, encontré sabrosos petiscos, Peixinhos da horta, Chouriço e morcela assados, Salada de polvo, y un vino de la casa que se dejaba beber muy bien, pero sobretodo el fado a partir de las 9 de la noche, el ambiente adecuado y formal para unas voces serias masculina y femenina, guitarra y guitarra portuguesa y la palabra hecha música y sentimiento.
“Preguntaste el otro día que era fado, que era un fado y te dije no sabia que era el fado" y yo desconocedora de los entresijos del fado me basta con gozarlo siempre unido a la tristura y la alegre saudade, a la nostalgia y a la melancolía, porque hay días que
"todo es triste, el fado existe, el fado es triste, todo es fado". Y es que ayer Lisboa, la ciudad de la luz, estaba cubierta por la niebla, el Tejo abrigado en gris niebla era fado, fado era Lisboa sin ti....
"Todos los días te quiero, todos los días me faltas, todos los días es fado”, "si no estuvieras a mi lado, no habría fado, sino un fadista como soy". Pues si señor me llena de alegría la muy justa declaración del FADO como Patrimonio inmaterial de la Humanidad y especialmente este fado que sale de las ruas de Alfama y Mouraria, que se canta los pequeños locales y así es como me gusta saborearlo, disfrutarlo, lejos de las casas de fado para turistas que también tienen su valor pero que yo gosto menos.
Os dejo el enlace con la página para poder consultar la programación del POVO en diciembre, creo que merece la pena conocerla.
Y muy cerquita, sin salir del barrio, otro petisco maravilloso, el
CAFE TATI, frente a la parte posterior del Mercado A Ribeira. Una luz laranja en el ambiente, dos portos y una banda para disfrutar,
Voyeur Méndez y su grupo. Mendez, un gallego de Vigo afincado en Madrid, acompañado de acordeón con Jesús Peñaranda y de un batería que desconozco su nombre, pero que sonaba muy bien y sonaban así:
“Qué aguante ser pequeño en la boca del Gigante, qué aguante ser Gigante en la sombra del pequeño" . Os dejo también el enlace con la web de Café Tati y su programación para diciembre.
Lo dicho, os recomiendo estos dos locales, que llevo en mi mochila, dos petiscos para gozar Cais do Sodré y... ¡que viva el barrio!.