
mmm … a las ricas setas.
Estamos en otoño, puedes buscarlas paseando entre los bosques, puedes rescatarlas de la cesta de un amigo que ayer se levantó muy pronto y recogió kilos de estos deliciosos manjares, también puedes asistir a los numerosos talleres micológicos que estos días encuentras por doquier o simplemente ir a aquel restaurante que anuncia HAY SETAS.
Y es que hay muchos aficionados que las recogen, que las conocen, las protegen de otros buscadores, y muchos que las aman. Yo sólo recojo tres o cuatro especies que conozco bien y en los mismos lugares, año tras año, y siempre con amigos que las conocen mucho mejor que yo, porque me dan respeto, mucho respeto, las intoxicaciones que de vez en cuando se producen por imprudencias y desconocimiento.
Dicho todo lo anterior este fin de semana, después de un poco de lluvia y el calor que hemos disfrutado, las setas han empezado a estar en todo su esplendor y yo opté por la cuarta de las fórmulas, es decir ir a un restaurante de confianza con el cartel de HAY SETAS y os diré que disfruté de maravillosos platos de estos vegetales. Níscalos a la plancha, boletos marinados con aderezo balsámico, revuelto de pleurotas con langostinos, Tricoloma ecuestre con ajos y cebolla, revuelto de boletus con foie… en fin que no sabría cual recomendaros. Ni que deciros que el maridaje con un tinto Pradorey, roble de 2003, fue exquisito y es que como dice un amigo “esto es lo que me mata, la satisfacción”.
Os daría más pistas… pero prefiero que lo descubráis por vosotros mismos.
Estamos en otoño, puedes buscarlas paseando entre los bosques, puedes rescatarlas de la cesta de un amigo que ayer se levantó muy pronto y recogió kilos de estos deliciosos manjares, también puedes asistir a los numerosos talleres micológicos que estos días encuentras por doquier o simplemente ir a aquel restaurante que anuncia HAY SETAS.
Y es que hay muchos aficionados que las recogen, que las conocen, las protegen de otros buscadores, y muchos que las aman. Yo sólo recojo tres o cuatro especies que conozco bien y en los mismos lugares, año tras año, y siempre con amigos que las conocen mucho mejor que yo, porque me dan respeto, mucho respeto, las intoxicaciones que de vez en cuando se producen por imprudencias y desconocimiento.
Dicho todo lo anterior este fin de semana, después de un poco de lluvia y el calor que hemos disfrutado, las setas han empezado a estar en todo su esplendor y yo opté por la cuarta de las fórmulas, es decir ir a un restaurante de confianza con el cartel de HAY SETAS y os diré que disfruté de maravillosos platos de estos vegetales. Níscalos a la plancha, boletos marinados con aderezo balsámico, revuelto de pleurotas con langostinos, Tricoloma ecuestre con ajos y cebolla, revuelto de boletus con foie… en fin que no sabría cual recomendaros. Ni que deciros que el maridaje con un tinto Pradorey, roble de 2003, fue exquisito y es que como dice un amigo “esto es lo que me mata, la satisfacción”.
Os daría más pistas… pero prefiero que lo descubráis por vosotros mismos.
Buena semana.