
Como algunos días
amanece tormenta
y asoma un rayo de sol
a vuelo de pájaro,
y tú ya vuelas de amor.
Tras del árbol te espera
el amor y mi sonrisa,
tiemblan las hojas
a nuestro encuentro.
Ya cae la tarde,
las ramas lloran,
porque ella no está,
se apaga la luz,
chapotean brisas de añoranza
la niebla que nos inunda.
Aquel pálido abrazo
busca aromas en la noche
y me lleva hasta el nido,
apaga la luciérnaga el día.
El bosque duerme,
tú velas,
ella está lejos
y llora cauces salados por ti,
el milagro del viento
lleva una gota hasta tus labios,
los labios del amado.
Las olas vuelven, acarician
mi paseo a tu lado,
amanece pues el día,
se agita raudo el corazón,
detrás del árbol espera
la tormenta y mi sonrisa.
Bajo la lluvia nos amamos,
ausentes,
busco estrellas en mi estómago
y sus paseos desgarran
la escala de grises a esta hora,
en este día, que no estás.