Volvemos a la cotidianeidad de cada día…
“Se había levantado, así, envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana, mirando llover. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la dicha”. Desde que leí La tregua de Mario Benedetti tengo grabada esta frase en la memoria y creo que en estas cuatro líneas describe lo que es la esencia de la búsqueda de la felicidad en esta vida.
Estas fiestas han acabado para mi y esta tarde disfrutando de un atardecer en los alrededores de Gijón, recordé (recordar, volver a pasar por el corazón, dice Eduardo Galeano) este sentimiento, tuve la sensación de que la vuelta a la normalidad era la dicha. Disfruté mucho el momento.
“Se había levantado, así, envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana, mirando llover. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la dicha”. Desde que leí La tregua de Mario Benedetti tengo grabada esta frase en la memoria y creo que en estas cuatro líneas describe lo que es la esencia de la búsqueda de la felicidad en esta vida.
Estas fiestas han acabado para mi y esta tarde disfrutando de un atardecer en los alrededores de Gijón, recordé (recordar, volver a pasar por el corazón, dice Eduardo Galeano) este sentimiento, tuve la sensación de que la vuelta a la normalidad era la dicha. Disfruté mucho el momento.
Aunque no siempre parece la tregua de la vida tan dulce como la plantea Benedetti en su novela, esta vuelta a la normalidad del nuevo año rota por la violencia, nos ha dejado en la dura realidad, de la que salvamos gracias a la cercanía de los amigos que nos rodean, gracias a los impulsos sostenidos que procuramos, a los atardeceres que se nos ofrecen, a la superación que intentamos y al aprendizaje en el que nos embarcamos… cada día.
La fotografía está sacada en uno de mis sitios favoritos para disfrutar los atardeceres en Gijón, el parque del Cabo San Lorenzo.
29 comentarios:
- Esos momentos, esas rebanadas de sonrisas y asombros cotidianos son alimento para la felicidad buena, nos cargan, nos potencian ; y son también antídoto (quizás solo calmante) para los "a pesar de la dura realidad".
No hay mas felicidad que instalarse afectivamente en el campamento de la rutina...
En el día a día hay recodos de sencilla pero auténtica dulzura...
NANCICOMANSI
Los terroristas no van a minar ni mi forma de vivir ni mi forma de pensar ni nada. No se merecen ni siquiera eso.
Por cierto en ese parque estuve yo hace 4 años con nocturnidad pero sin alevosía, simplemente quise atajar tajado y dí más vueltas por el parque que una noria en día de fiesta.
Bienvenida de nuevo al mundo de los que nos quedamos aferrados al terruño; y has regresado de la mano de Mario Benedetti. Estupenda compañía para comenzar el año en tu querido Gijón para volver a degustar "rebanadas de cotidianidad".
Saludos.
momento a momento, paso a paso, día a día, dicha a dicha.
El carpe diem diario.
Las cosas sencillas y cotidianas revestidas con otra mirada, aunque sea falsa y que te la creas, te dan felicidad. Por lo menos no dejes pasar esos momentos sin intentarlo.
jejo, detective... bellas palabras, instalarse afectivamente en la rutina. veremos que tal se nos da el nuevo año... buscaremos los recodos de la dulzura como dice nancicomansi.
zebedeo este parque es precioso para pasear, con el mar como escenario que te abraza, sin atajos no lúcidos y subirte al mirador en forma de proa y disfrutar del horizonte.
ay, Tomás, esa frase del terruño, es un precioso término, que dice mucho más.
dragon, estaré al tanto..que no se me pase la felicidad sin enterarme.
carpediem, Ana, aunque sin miradas engañosas Loli.
Gracias por pasar. Sonrisas, besos y abrazos.
Gracias por su visita y sus palabras, GAia.
Tienes un bellos blog.
Nos leemos
Preciosa imagen,buen finde
salu2
No deberíamos confundir lo cotidiamo con la monotonía. En lo cotidiano encontramos el refugio, en la monotonía el aburrimiento.
Salu2 Córneos.
sí, antona, me encanta esta imagen... ya me encantó el momento mágico con esa luz entre amarilla y azul con el mar al fondo.
Javier tienes toda la razón, yo hablaba de cotidianeidad, no de monotomía...
carlos, nos leemos.
Sonrisas, besos y abrazos.
Hola Gaia: vengo del otro blog y me gustò mucho el tuyo.La tregua es un libro hermoso,la historia es preciosa,te recomiendo la pelìcula.Es de esas pocas veces en que la pelìcula vale la pena y respeta el libro.Otro libro de Benedetti, una novela, recomendable es "Gracias por el fuego".Te saludo desde Montevideo-Uruguay,feliz 2007!!!
Gracias por la recomendación fioruchi... no leí la novel que me sugieres, ni tampoco he visto la película de La tregua.
Gracias por los consejos, las buscaré... y feliz 2007 para tí también.
sí, todo muy zen. por cierto, qué feas son siempre las farolas en gijón.
txe ¿no me digas que te gustan más las farolas rococós de principios del siglo pasado de Oviedo?
Se acabaron por fin!!!!!!!!!!!!!
(besos)
Pues acabo de leer "Primavera con una esquina rota"... sencillamente singular, precioso, intenso... He descubierto que Benedetti me flipa!
Saludines, Gaia, q pases buena semanita!!
Esa imagen tuya es de por sí una tregua que, además, alarga el tiempo antes de la próxima batalla.
Besos, Gaia. Buena andadura por el número siete.
sintagma, mañana normalidad total.
caracolquiscol, me alegro que te guste Benedetti. Has leído por ahí arriba que también recomiendan "Gracias por el fuego", me apunto tu libro también.
quantum algunos atardeceres para mi son efectivamente una tregua... y el de la fotografía lo fue.
sonrisas, besos y abrazos para todos
Feliz normalidad, Gaia!
Sobrevivir el feliz caos de las fiestas familiares junto a las noticias de este fin de año, en un malabarismo de emociones contrastantes...me hace juntar cada pedacito de felicidad inconciente, momentos de olvido donde el cariño recibido pudo mas que la memoria, asi'...como un album de fotografias que abro a mi antojo en esta normalidad tan anormal.
Un abrazo!!
Tictac, celebro que hayas recibido pedacitos de cariño en esas maravillosas fiestas y siempre.
Feliz normalidad para ti también.
La felicidad nace de uno mismo. Todo depende de los ojos con el que miramos nuestro día a día. En las pequeñas cosas que a veces pasan inadvertidas está lo realmente valioso.
Preciosa fotografía. Gracias por tu visita. Saludos.
Creo que uno de nuestros mayores tesoros, o conquistas, es el saber ver la dicha en los pequeños momentos del día a día, no los que la vida nos regala, que son muchos, sino lo que nosotros sabemos crear y recrear
un abrazo
Bendita vuelta a la normalidad y a la vida tranquila. Y bendito atardecer el de la foto. Nada mejor que volver al calor de casa, del abrazo diario y a la vida normalizada. Muchas fiestas, mucha comida, muchos besos y muchos buenos deseos que se dicen sin pensar ni sentir en la mayoría de los casos.
Como tú soy feliz en mi día a dia.
Es cierto...al final, la dicha se da en los momentos más simples, pero con la persona amada en alguna forma.
Vengo a desearte lo mejor para este 2007 porque mereces eso y más...gracias por estar ahí. Saludos cordiales.
Maravilloso Benedetti...ahora me han dado gans de releer La Tregua...y de conocer Gijón...con esas fotos!!!
Besos
isabel, es cierto... la felicidad nace de uno mismo, pero a veces de nosotros no nace nada y nos convieen recibir del exterior estímulos positivos.
paula, saber crear los momentos felices es importante. Hoy aún no hice esa tarea.
gubia, disfrutemos de los pequeños momentos, sí.
luis alejandro, si no hay persona amada también se puede ser feliz.
patus, estás invitada a Giojón.. cuando quieras, cuando puedas.
besos a todos.
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