sábado, abril 28, 2007






IMPLACABLE ERES

Implacable eres, nunca regresas,
forastera me haces
de mis lugares preferidos,
viajas tu curso.
Si el cauce te ahoga
exploras nuevas vías,
nunca regresas.

Cuando quieta quedo con las hojas
de árboles que risueños me acarician
parece lento tu discurso.
Si canto alborotada con la sonrisa
de la luna en compañía
luces rápido.
Me haces dudar que sea cierto lo vivido,
abro los ojos y no estás, te has adelantado
a mi pasar.

Voy gastando el viejo cascaron de mi existencia
sumido en ti, apegado a ti.
Con arañazos que me adornan cual tesoros,
con sonrisas y abrazos que regalo cual trofeos,
y el reto de aquella vela blanca
que se impone libre
hinchada al viento de tu paso.

Tú, sigues indiferente a mis retornos
fluyes siempre,
continúas implacable.
Nunca permaneces en mí
más que un solo tiempo.

Y hay un tiempo de brotes
y un tiempo de frutos,
un tiempo de negros pasos
con sombrías humedades,
y hay un tiempo de azules y rosas y amarillos,
un tiempo de labios cruzados
y sexos marcados.
Y todos navegan en ti.

Y hay un tiempo de río de dentro del alma
que fluye lento si lo retardas,
si lo sientes,
mas fugaz espejismo fluye siempre.

Implacable fluyes siempre.
Hay otros ríos, pero esta imagen del Tejo desde Alfama recoge mi sentir en estos momentos.

sábado, abril 21, 2007








Lisboa 11. Cartas desde a tercera, cuarta y quinta feira.


CARTA DESDE A TERCERA FEIRA

En la mañana no te has perdido nada interesante, porque la visita a un centro comercial es siempre es la misma, tú aburrido entre cajas de herramientas y yo dedicada a tareas muchos más rudimentarias.

Sin embargo atardecimos en el Adamastor, abrigados por reflejos azules de las nubes en el cielo y un porto ruby en los labios acunados en la pacífica y reposada charla de la vida. En silencio se cruzan nuestras miradas y pienso con Whitman.

“Creo que no haré otra cosa durante mucho tiempo que escuchar. Para aumentar mi caudal con lo que oigo… y dejar que los sonidos me enriquezcan”.

Ya anochece y la lua vuelve una vez más a reflejar su idílica imagen sobre el Tejo y sentí que estabas confortablemente instalado al otro lado oscuro de esta lua y eso, amigo, es peligroso por momentos. Hoy la lua estaba fría, no era roja y yo te sentía al otro lado de las ondas.


CARTA DESDE A CUARTA FEIRA.

La praia airada y ventosa, aunque nada que ver con los vientos de Cabo Vilán, por supuesto. Un rumor bate olas de espumas, el calor de este sol, todavía tierno y la textura de la arena me acompañan y yo permanezco escondida tras agreste acantilado, atisbo mi futuro, dudo sobre la libertad y la sujeción, y concluyo que tal vez mi vida sea volar como libre cometa, aunque fuertemente sujeta a esta tierra en los días de viento. Y sigue Whitman rodeándome con su Canto a mi mismo.

“Me celebro a mi mismo.
Y cuanto asumo tú lo asumirás.
Porque cada átomo que me pertenece, te pertenece también a ti.
Holgazaneo e invito a mi alma.
Me tumbo y holgazaneo a mi antojo… mientras observo una brizna de hierba veraniega”.

La tarde caía lentamente en la madera de la mesa del Muchaxo, se marcaba la línea azul de un horizonte de agua frente a mí, esta agua por momentos ya rosada que resulta tan cercana a mis sentimientos. Sin embargo hay encrucijadas que hoy no quiero afrontar y me dedico a decirte que la vida hay que vivirla, no soñarla, que hay que pensarla después de haberla gastado. En este momento cierro mis ojos y cierro el día.


CARTA DESDE A QUINTA FEIRA.

Hay dos motivos para viajar a Oeiras. El Jardín de los poetas ( ya os hablé varias veces desde un viaje de otoño de 2005) y el masaje Gingko. Podéis dirigir vuestros pasos hacia Lagos Park y en el edificio del club deportivo, luminoso cristal en la fachada, os encontraréis con amplio ambiente exclusivo para machacar, moldear músculo y practicar el relax mental y corporal. Yo opto por lo último, masaje gingko.


Música zen y luz ocre tamizada,
velas blancas y tus manos se deslizan,
suaves por la carne de mi alma,
como yo me deslizo cual sombra,
suave por las aceras de Lisboa.

Húmedas piedras postran ante mí
humedades que ayer viví contigo,
implacables perforan hoy mi alma,
mientras brilla tu piel de gata negra,
complacida, feliz, ajena de añoranzas
.

Las fotografías corresponden a un atardecer desde el Adamastor, en Lisboa y a la Playa Cresmina, cerca del Guincho, Portugal.

sábado, abril 14, 2007




COSAS QUE NO SOPORTO EN UN POEMA

No me gusta no encontrarte,
ni tampoco que salgas a deshora,
que te conformes con la pátina vacía
de las bellas palabras encuadradas.

No soporto que olvides ser sincero,
ni que luzcas pavoneo en tu tono.
No te aguanto que yermo
no sacudas interiores en el alma,
que no siembres emociones,
que no desempolves sentimientos.

No soporto que, acolchado
bajo cómodas escarchas,
no me eleves a las nubes que yo habito,
que no redondees los finales
y no me dejes al borde de un suspiro.
La fotografía está tomada a la entrada del Jardín de los Poetas. Oeiras. Portugal.

lunes, abril 09, 2007




















Lisboa 10. Cartas desde a primera y segunda feira.

CARTA DESDE A PRIMERA FEIRA.

Desde el cuarto piso de aquella ventana pombalina en Casi Do Sodré escribo una carta que no fue, a quien no vino. Levanto la vista al Tejo que, gris verdoso me acompaña hoy, enmarcado en nubes grises que no se deciden a virar y le cuento que tú tampoco te decides a virar y acompañarme.

Escucho a Lassa, leo a Whitman que dice: “Era un niño que se lanzaba a la aventura”, pero tú no te lanzas y no la vives. Te invito a mi alma y no aceptas Lisboa, tienes otros lares de alma que acogerte.

Sigo con Whitman: “Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas del mundo”, pero tú no te quedas.

Y aún así paseamos O Brilho das Imagens, en el Museo de Arte Antiga, caminamos la Rua das Janelas verdes, nos cruzamos con la Pasión de Cristo, llevamos en las manos ramos de olivo, romero y palma que en la Igreja de Santos nos ofrecieron después de que campanas de pasión nos llamara al rezo internacional por la paz en el Domingo de Ramos.

Y paseamos la lua cheia de abril desde la oscuridad de la otra orilla del Tejo, que ya se eleva esplendorosa entre tú y yo al acabar la comida brasileira y el espectacular atardecer en Punto Final, con Lisboa hermana reflejada en tu mirada.



CARTA DESDE A SEGUNDA FEIRA

Llovía y te has perdido la Rua das Flores, la Rua a Rosa y llegar empapado hasta la gran sabina de Príncipe Real que tantos veranos acoge mis reflexiones en las mañanas.

¡Que buena la parada en Rato para comer Caldeirada de borrego!, esta vez en Monte Real. Tras el café espléndido, humeanmte, paseaste conmigo hasta la Estufa fría, de la mano de rojos hibiscos abriendo sus pétalos llenos de gotas frías, y la esclerichia te miraba asomando sus luminosos naranjas y azules. Escuchaste los gallos cantando a deshora tal vez porque con esta primavera llega también chuva a destiempo.

Te sumiste en la dulce espera del tranvía de Lavra y te asomaste al Jardin del Torel, donde el beneplácito azul lucía tímido, aún con el sol recuperando almas perdidas, e inducía a dejarse llevar por agradables pensamientos y susurros de cielo en su mirada.

Te enseñé encondidos rincones de Alfama y te besé con chocolate en la Pastelaria Nacional, frente a la estatua a caballo de un tal Joao que asistía impasible a una charla aplazada por momentos. Sigue Whitman a mi lado.

“Si no consigues encontrarme al principio, no te desalientes.
Si no me encuentras en un lugar, busca en otro.
Estoy en alguna parte esperándote”.

Y te escribo porque lo que no fue ha sido de otra manera, será distinto en el tiempo, en el instante…
El Museu do Arte Antiga de Lisboa expone Pintura y Escultura medieval do Museu Nacional de Varsóvia. La segunda foto corresponde a la Ponte de 25 de avril desde Cacilhas.