sábado, enero 19, 2013







LA CITY


Ciudad, asfalto y grises,
luz nocturna de farolas
y silencios,
soledad en tus torres
de frío cristal y acero,
verdes parques
hoy sin niños.

Ajenos a la ciudad y los grises
dos manos se entrelazan
en lo oscuro de un portal;
hay luz en su mirada.

Ciudad, asfalto y grises,
circulan deprisa tus venas,
sin descanso.

Ajena al asfalto lucha,
contra los molinos y la calle,
una silla circulante, únicas piernas
de una adolescente que no camina.

Ciudad, asfalto y grises,
cafés de humeante mestizaje
y refugio de miradas ausentes,
sin sonrisas.

Ajeno a los grises un anciano
en su casa, esposado
a mil objetos y basura; ya no puede
acumular más soledades.

Ciudad, asfalto y grises,
luz nocturna de farolas
y silencios.

Ajena al asfalto y los grises
violencia en soledad tras el cristal,
los de afuera dan la espalda;
y cuánto sucede tras la puerta.

Ajeno el asfalto el individuo
abrazado por los grises,
vive asediado por la masa circulante.

Es domingo y cruzo solitaria
la ciudad, me asomo
al borde, no hay cristal,
os lo aseguro, salto
al verde, paseo
aromas y el rocío,
casi dulce es el silencio,
arropada por mil árboles
me siento protegida
de los grises y el asfalto.