domingo, agosto 26, 2007




GUADAMÍA

Escarpado trono hoy me posee,
ángulos calizos traen tus brisas
y mi alma aspira tus deseos
que baten y baten a mis pies.

Espumas blancas como tul
se agitan en el aire
y esta humedad que asciende
caracolea mi interior.

Me atrapas, te estrellas contra mi
engañoso mar de mis pasiones,
horadas intersticios de mi cuerpo
y nunca más te alejas.

Nunca me abandona
el deseo de ti que en mí despiertas
y acurrucada en tu arrullo
me quedo hoy contigo para siempre.
La fotografía corresponde a la Playa de Guadamía, cerca de Llanes. Asturias se merece su reconocido título de Paraiso Natural ¿verdad?

viernes, agosto 24, 2007





UNOS OJOS RASGADOS CRUZARON MI CAMINO.

Esa mañana en Kanazawa ondeaban verdes los arrozales y me crucé con tu mirada. Había llovido, bajabas de un coche negro, yo acababa de visitar el amplio jardín de Kenroku-en. La serenidad, el frescor, el agua, los puentes de sutil diseño y los bellos paisajes se habían apoderado de mí. Apareciste tú, mirabas simplemente. No entiendo vuestras miradas, parecías distante, ajeno, sin embargo tus ojos eran profundos.
Un taxi me llevó a la estación, andén 3, coche 4, allí estabas de nuevo, lucías tu magnífica sonrisa. El viaje fue un continuo de miradas, gestos, preguntabas por mi país, mi trabajo, mis deseos.
Llegamos a Kyoto en un suspiro, nunca un tren bala fue tan bala. Y sin más despedidas, quedamos en vernos a la noche, no dijimos ni hora, ni lugar, seguros de que sin duda el azar nos llevaría otra vez al mismo punto, al mismo tiempo.

sábado, agosto 18, 2007























CONTRASTES Y HAIKUS.

A Matsuo Basho se le atribuye el origen de los haiku, poemas de 17 sílabas, 5,7,5, basados en el concepto ascético de la belleza y de la filosofía zen. También hay quien dice que los haikus tienen mucho que ver con los mensajes codificados de los ninja. Sea cual fuera el origen de los haikus a la vuelta de Japón yo, irreverente, aún con los verdes y silencios frescos en mi ser, me atrevo a escribir:


Acurrucada
sobrevuelo nubes
altas, redondas.

Acero, cristal,
agua y jardines.
Contrasta Japón.

Acero, cristal,
los falsos, altos bosques,
rascan cielos.

Luces de neón
salpican sus noches.
Tokio vive.

Suave brisa,
agua y piedras,
húmedo frescor.

La serenidad
habita en el jardín,
Aroma verde.

Equilibrio,
luces, agua, verdes,
Paz y jardin zen.

Luz, caricias,
de verde y agua.
Jardín japonés.


Matsuo (1644-1494) nació en una familia de samurais y sirvió al señor feudal Yoshitada, pero su espíritu viajero le llevó a vivir en Kyoto y Edo donde adquirió fama como poeta. Posteriormente se refugió en la filosofía zen y decidió recorrer su país, “Senda hacia las tierras hondas” es su libro, creo, más conocido. Su comunicación con la naturaleza es más que evidente cuando dice:”
Podrán caer los países, pero sus ríos y montañas permanecen. Cuando llegue la primavera al castillo en ruinas, la hierba volverá a ser verde” .


Las fotografías corrresponden al Kinkanku-ji, en Kyoto, llamado también Jardin del Pabellón dorado por el color del edificio frente al lago y a un edificio de Osaka, respectivamente.

jueves, agosto 16, 2007


ATARDECE EN TORRE MORI. Japón 3.

Tal vez el sentimiento de que el hombre domina el mundo sea más real en el piso 52 de la Torre Mori, en Rappongi, viviendo el atardecer, virando el cielo de azul gris a rojizo, anaranjado por momentos, y sentirte suspendido sobre un espacio de altas torres de la ciudad de Tokio, salpicado de manchas verdes de innumerables jardines, y seguir el balanceo de sucesivas olas de luces rojas que intermitentes ya ondean paseando por doquier en los altos edificios y sentirte flotar en un mar artificial de neón con el que el sentimiento de que el mundo está a tus pies parece más visible. Aún a esta distancia puedo apreciar el fluir constante de los coches, ríos de asfalto de este mundo tan habitualmente frecuentado que parece nunca va a perecer.

Decido virar al cielo la mirada y darme cuenta que aún habito en Gaia y bajar al microcosmos de un jardín, respirar la paz en verde y el agua que discurre natural y volver a reconciliarme con mi ser y sentirme tierra más que nunca.

domingo, agosto 12, 2007


POR ENCIMA DE SIBERIA, VIAJO AL ESTE. Japón 2.

Manta, almohada, toallita caliente entre mis manos, mesa, asiento reclinable, una tele a mi medida, películas y música de todo el mundo, condición y lengua, champagne y chardonay y comida francesa y japonesa, son las comodidades para 12 horas de Airbus, Paris CDG-Tokio Narita. Miro alrededor, a nadie en particular, somos fauna en cómodas zapatillas, algún portátil en acción, libros, a veces imposibles, dormitando y en continua ajetreo.
Escucho música y no pienso, no sé si es el momento para ello. Mi reloj marca las 21,15, hoy no se ha puesto el sol y amanece a mi izquierda. “Es lo que tiene viajar al este”, dice un amigo.
“El sol naciente me emociona. Hace 20 horas que viajo y 25 que estoy de vacaciones”, escribí hace unos días cuando iniciaba el viaje hacia Japón. Y es que viajar me apasiona y se me nota.


viernes, agosto 10, 2007


HORROR EN HIROSHIMA. Japón 1.

Estaba en Hiroshima el día 6 de agosto de 2007. Había llegado a las 10 de la mañana, 62 años después de la primera bomba atómica. Los actos institucionales de primera hora con la presencia del primer ministro y los representantes internacionales ya habían acabado. Hacía mucho calor, yo había interiorizado durante todo el camino lo sucedido en Hiroshima, pero cuando me encontré frente a la Cúpula de la Bomba Atómica, el único edificio de la época cuyos restos aún quedan en pie, la rabia, el miedo y el dolor se hicieron patentes a flor de piel.

El horror de las guerras inútiles ante nuestros ojos,
el horror de la destrucción rasgando nuestro corazón,
el horror de los efectos nucleares sobre nuestra piel,
el horror de las ausencias, del dolor vivido,
el horror de la herencia que dejamos a nuestros herederos,
el horror sin más palabras,
sólo horror.

Y pensé, ilusa, que el camino de la paz no debe tener retorno si somos muchos los que lo forzamos.
Y entonamos cánticos de paz, en todas las lenguas de las que había representantes, en Heiwa-Koen, el Parque conmemorativo de la Paz en Hiroshima, y las lágrimas afloraron libres y sentidas,
y escuché el testimonio de un representante del pueblo Kurdo y ví sobrecogida las fotografías que presentaba del ataque en Harabuya, al norte de Irak, en 1988,
y nos acercamos a la escultura de Mil pájaros de papel, nos enseñaron a construir garzas de papel dorado en recuerdo a la niña que las construía todos los días mientras esperaba la recuperación que nunca le llegó,
y escuchamos los relatos de los hibakuska, las personas afectadas por la bomba que aún continúan vivos, en el Museo de la Bomba atómica,
y escribimos nuestro mensaje de paz en una linterna de papel que navegó a las 10 de la noche por el río Motoyasu-guwa, en compañía de otras diez mil linternas con mensajes de paz,
y llevamos la rabia y sentimos el horror para siempre en nuestras venas.

El día 9 de agosto, no estaba en Nagasaki cuando los actos conmemorativos de los también 62 años de la bomba atómica en la ciudad y tampoco estaré el día 15 de agosto en la gran marcha por la paz, pero estaré siempre en la lucha por la paz en cualquier lugar del mundo y para todo el mundo.
La fotografía corresponde al símbolo de la destrucción de Hiroshima, la cúpula de la Bomba Atómica.